martes, 30 de octubre de 2007

* entre onirios y delirios continúa

a pesar de mis dudas.
"no vale la pena continuar con el blog", me dije a mí misma en incontables ocasiones durante las últimas semanas. lo tengo abandonado y si de por sí los adeptos son pocos, pues serán menos si cada vez que entran encuentran lo mismo.
la cuestión es que mi cabeza continúa en las nubes y me cuesta trabajo centrarla en una nueva entrada del blog.

el duende y yo llevamos una vida ajetreada; después de haber estado casi dos semanas en marruecos volvimos a madrid. la llegada fue intensa pero, con el paso del tiempo, las cosas empeoraron.
yo caí en un hoyo otoñal y aunque procuraba esconderme, lloraba por las esquinas provocando inundaciones.
un viernes quedamos con sofía y matsusuke para cenar. con ellos el tiempo pasa muy rápido y, un poco sin querer, casi siempre terminamos nuestras reuniones con emotivas despedidas y suficiente alcohol en las venas.
al día siguiente yo huía a san miguel de valero, un pueblo serrano de salamanca, para encontrarme con tersa y el cubano. el trayecto en autobús fue una pesadilla; paramos en todos los pueblos que existen entre madrid y salamanca y, aproximadamente cada 5 minutos, yo tenía ganas de desaparecer para que el dolor de cabeza me perdiera de vista.
tersa y el cubano estaban esperándome en la estación. abrazos. besos. apapachos.
más de 50 kilómetros con toros y jabalines hasta que por fin llegamos a san miguel de valero.
luego, apenas habían pasado unos días, cuando mi amado duende apareció una noche entre mis brazos; es lo que tienen los duendes.
durante tres semanas viví un maravilloso retiro espiritual:
paseaba por el campo con tersita
hacíamos excursiones con nuestros hombres
cosíamos; veíamos cabras,
vacas,
caballos, ovejas, águilas, buitres, zorras...; todas las tardes nos emocionábamos con una telenovela mexicana; cocinábamos; departíamos con otros habitantes de san miguel de valero; stufábamos y, sobre todo, nos reíamos mucho.

fueron tres semanas que terminaron en una emotiva despedida, llantos incluidos, en el andén de una estación de trenes.
(cuántos llantos y lloros!!!)

ahora estamos de vuelta en madrid. el duende y yo somos inquilinos de nuestra querida veru que se ha ido un tiempo al perú y hoy, después de mes y medio, he abierto mi tesis.
resulta raro, pero el 16 de noviembre a las 11.30 de la mañana comenzará el final final final de este túnel académico (léase: "defenderé mi tesis frente a un tribunal) y el 22 de noviembre el duende y yo volamos rumbo a méxico a comenzar la nueva temporada de nuestra existencia.
es tan extraño...