sábado, 29 de septiembre de 2007

* rabat de mis sueños

el jueves 13 a la una de la tarde los ejemplares de mi tesis estaban listos, así que fui con el duende a recogerlos.
llevábamos todo el día hipersensibles, así que al descubrir que el título y mi nombre aparecían con letras doradas
en la portada ya ni siquiera me inmuté. ahora me doy cuenta de que debí haber hecho algo al respecto.
incluso considero que el asesinato hubiera sido en legítima defensa!!!
en fin, con el dorado de las letras a cuestas, el duende me acompañó durante mi viacrucis. al correo, a enviar dos ejemplares; a casa de salteria, a dejar otros, y a la complutense, a seguir durante dos horas el rastro de un miembro del tribunal que me asusta.

el viernes 14, el duende y yo salimos de casa de los ss para subirnos a un avión que nos llevaría a casablanca.
seguíamos hipersensibles, pero la emoción por volver al mundo marroquí relajó bastante nuestras espinillas existenciales.
el vuelo transcurrió con tranquilidad hasta el aterrizaje; durante demasiados minutos íbamos a la altura de las azoteas y varias series de turbulencias nos transportaron mentalmente a una montaña rusa.
de repente, a alguien le llegó un mensaje telefónico.
mierda! era imposible fingir. se me olvidó apagar mi celular.
aterrizamos y nos dio curiosidad saber de quién era el mensaje; encendí el teléfono y comenzó a sonar antes de que el avión se detuviera.
qué vergüenza, lo siento, es la primera vez que me pasa...

la guayaba y la tostada fueron a recogernos al aeropuerto. les conté lo que me había pasado con el teléfono en el avión y la guayaba, que lleva cuatro años viviendo en marruecos, me dijo que había tenido un típico comportamiento marroquí.

coincidencia?
intuición?
instinto de supervivencia?
ancestros marroquíes?

1 comentario:

Nootka dijo...

¿Habrías matado? ¡Qué bien! No esperaba menos de tí.
Yo, mi nombre, lo hize grabar con zafiros y diamantes. El oro no me parecía suficiente. Supongo que a tí te pasa lo mismo. Pero querer matar a todos los pasajeros del avión por tu imprudencia y tu irresponsabilidad no me parece justo. ¡Ellos no tenían la culpa!