viernes, 27 de abril de 2007

* vuelta número 31 al sol

ubicada sobre el planeta que habitamos, el domingo 22 comencé a dar mi vuelta número treinta y dos al sol.

el duende me despertó con cantos y besos que volaron a la velocidad de la luz a través de un cable larguísimo.
en el armario de mi cuarto me esperaban tres sorpresas, el duende las había escondido ahí gracias a la ayuda de las gaviotas, que lo trajeron volando desde mares lejanos.




ahora mi cuarto está bañado de pequeños arcoiris.
ahora una espiral de bambú, rodeada de viento de alambre, cuida mis pies mientras duermo.
ahora extraño mi libro de lecciones de escritura china.



al despertar recordé que nootka y carin eran mi pareja de baile durante el fin de semana. disfrutamos de una celebración azul, tiradas en la arena, mirando el mar y comiendo oniguiris.


nos bañamos de agua, de tierra, de sol y de viento.
señales magnéticas, que provenían de diferentes partes del mundo, también me bañaron, y lo agradezco tanto...
ahora he vuelto a la tesis y el segundo capítulo comienza a despedirse, al menos durante un tiempo.
desde hace dos días sé de cierto que en galicia llueve.

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