después de tantos agobios, entró a europa con el carné de residencia vencido y cuando pasó por la aduana del aeropuerto de madrid, lo único que le llamó la atención de los guardias vestidos de verde, es que discutían acaloradamente entre ellos y se insultaban.
el reencuentro con el duende fue un abrazo largo, inundado de gotas saladas y de muecas ambiguas.
yo había reservado una habitación en un hotel frente a la plaza de tirso de molina, en el que era nuestro barrio cuando vivíamos en madrid.
por la tarde, antes de dirigirme al aeropuerto, conseguir unas cuantas velas era una idea que rondaba mi cabeza.
tonta, tonta, tonta! ignoré la idea y, al llegar al hotel, el duende y yo descubrimos que, o bien estábamos totalmente a oscuras, o bien nos alumbrábamos con dos focos de pescadería que arruinaban nuestra belleza natural.
mi imaginación nos ofreció la posibilidad de generar una atmósfera romántica, y cubrimos las lámparas con toallas, sobre las cuales colgamos mi falda morada y mi suéter negro.
el duende y yo jugábamos al parchís sobre la cama, cuando de pronto, a pesar de nuestra profunda concentración en la estrategia, el duende notó un extraño olor a quemado.
horror!!! las toallas!!! mi ropa!!!
al final, mi falda y mi suéter no sufrieron daños; las toallas, por el contrario, quedaron marcadas con una enorme mancha negra, producida por lo que parecía un incendio incipiente.
al final, apagamos las luces y seguimos con la partida de parchís.
la luna de miel duró poco, el viernes fuimos a la comisaría de general pardiñas y tuvimos que estar formados durante más de cuatro horas. ambos íbamos angustiados porque no sabíamos qué procedimiento debíamos llevar a cabo para que el duende recuperara su condición de residente legal en españa; una funcionaria poco entrañable nos advirtió en enero que el carné de residencia del duende se anularía después de 45 días de emitido, y eso sucedió hace dos meses.
dicha información fue lo que nos volvió locos durante semanas, porque todo indicaba que incluso podían regresar al duende a méxico debido a su enigmática situación.
finalmente (esta palabra la escribo en honor a nootka), fuera de la comisaría, uno de los personajes de apoyo nos preguntó a qué íbamos, y viendo el resguardo de hace semanas y semanas del carné de residencia del duende, el hombre nos dijo que podía recogerlo cualquier día antes de su fecha oficial de vencimiento, es decir, en marzo de 2008.
o sea, el duente es residente legal y las leyes de extranjería de españa son una burla para todos aquellos que intentemos cumplirlas.
en fin, que el capítulo de woody allen sigue en proceso y que mañana me voy a un retiro mágico espiritual a la sierra de castellón.
madrid me agobia y al mismo tiempo me cuesta irme porque la gente que pulula por aquí me da bastante felicidad.
el duende y yo ahora estaremos juntos.
nuestro próximo destino: pontevedra.
jueves, 5 de julio de 2007
* ay, ay, ay... el duende llegó!
Publicadas por luz herrera a la/s 2:04 p.m.
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3 comentarios:
Felices... Y felices nos hacéis...
Besos y abrazos a los dos.
Duendecilla mía, finalmente llegó el duende y os pudisteis abrazar y quemar habitaciones de hotel. Muy bien hecho.
queridísimos avnio y nootka, qué decirles si no que siempre es una maravillosa sorpresa encontrarlos en estos rincones. mua mua mua
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